ACUMULARAS TRIUNFOS UNO TRAS OTRO
TU DESTINO TIENE EL SIGNO DEL TRIUNFO
TU META SERA EL PODER
Y DESDE LAS ALTURAS MUJER
NUNCA OLVIDES A TU MADRE
QUE YO DESDE AQUI Y MAÑANA
DESDE EL MAS ALLA SIEMPRE
VELARE POR TI
TU RAYA
AUNQUE TE RAYE...TE AMO
Y TE ADMIRO PROFUNDAMENTE TU PADRE
ARTURO

Hace algunos años papá te fuiste de este nivel, no te podía escribir hoy lo intentare...Sólo recuerdo que un día venía de viaje de Curazao , mamá fue a buscarme al aeropuerto y en vez de llevarme a casa me llevo a un café, para darme la noticia que estabas muy enfermo que tenías cáncer y que los médicos no te daban más de seis meses de vida,(a penas tenías cincuenta y cinco años) me le quede mirando, atónita, asombrada, pero de inmediato guarde de nuevo la compostura, y como siempre yo, yo con mi fortaleza de mentira, yo con mi fortaleza de papel , me monte en el carro, me estabas esperando en casa, pensaba en que decirte, estaba claro que no debía llorar, y recordé una frase que siempre decías “los árboles mueren de pie”. Llegamos a casa estabas sentado en la poltrona marrón vestías con una camisa azul, te levantaste y creo que esperabas que corriera a tus brazos y llorara como tu lo hiciste, pero no fue así camine lentamente hacía ti, te abrace sin mucho drama, y te dije papá te acuerdas que tú me enseñaste que los árboles mueren de pie, así que luchemos.

Después de la cena, en mi cuarto hablamos, me dijiste cuan apenado estabas de no haber sabido aprovechar tu familia, que nunca le dijeras a mis hermanos que por él se hubiera quedado sólo conmigo que los amaba pero que querías a mamá sólo para ti, me dijiste que no ibas a morir, que eras fuerte, que yo sabía que el era un roble, y yo te creí.

Se que fue infantil que te creyera, pero es que eras mi papá, no reaccione como adulta sino como niña, y creí en ti, como cuando me tomabas en los brazos y me metías en el mar y yo agarrada de tu cuello, feliz sabía que no me iba a pasar nada, por hondo que fuera el mar, o por más grande que fuera la ola que nos arropara contigo yo no tenía miedo a nada.

Esos seis meses, seis meses exactos, yo me porte de una manera extraña, tú también, me iba muy temprano al trabajo, llegaba en la noche muy tarde, entraba a tú cuarto me sentaba al frente del sofá y te veía dormir, observaba que respirabas y al cabo de un rato subía a mi habitación y me engañaba a mi misma diciendo que estabas bien, nunca te enteraste de eso.

Pero si hice algo, querías un grabador para describir los que ibas sintiendo, te lo compre, las mejores pijamas, los caprichos materiales te los di, pero no quería aceptar que te estabas extinguiendo poco a poco, sólo te escuchaba a ti decirme no aún no me voy, con seguridad de estadista decías por lo menos cinco años más, y yo te creí, eras tú mi papá no me podías fallar, tú no.

Mamá preocupada me llamaba me decía que compartiera más tiempo contigo, que te ibas y yo que no, que te abrazara más y yo que no, y que te dijera que te amaba y yo que no, era como despedirme y no, no quería que te fueras, veía la silla de rueda y no la veía, veía que la quimioterapia te había dejado sin cabello pero no veía.

Un día mamá, me llamo en la mañana que había que trasladarte a la Clínica que tenías varios días sin comer, yo no le creí, pero es que no me enteraba de nada, llegue a la Clínica, cuando te vi con oxigeno, con pañales, me dijiste que eso era una grosería que querías un cigarro, peleabas con la muerte no querías irte.

Mamá se quedo contigo, la pobre durmió sobre tu cuerpo estaba tan cansando que no recuerda que le dijiste, me llamaron al trabajo a la mañana siguiente, cuando llegue a tu cuarto observe que corrían, no te pude ver, me mandaron con unas muestras de tu sangre al laboratorio de otra clínica, de repente recibí una llamada de mamá pidiendo que me devolviera que todo estaba bien, así lo hice, cuando llegue entre al cuarto y mamá con una sonrisa me tomo de la mano y me dijo ven despídete acaba de irse aún tiene calor, yo no entendía de que me hablaba, oí a alguien decir que me iba a desmallar y pensé quien es esa loca? Sólo que volví mi cara hacia la cama donde estabas y vi un sacerdote que me miraba y lloraba y supe que habías muerto, mire a mamá y sólo le decía mamá es mi papá, sabes es mi papá, ella asentía, me llevo de la mano hacía tú cuerpo y me decía se fue tranquilo, yo como una enajenada decía mamá es mi papá, es mi papá me acerque y te bese, y salí del cuarto.

Pero yo siempre yo con mi fortaleza de papel crepe, me fui a comprarle la ropa que ponerle, la más bonita, para llevarla a la funeraria. Ya en la funeraria me entere que todo lo habías arreglado, pagado y escogido por ti.

Y yo no llore estuve a tú lado todo el velorio sin dormir, fui al entierro y contra los gritos y lagrimas de la despedida gire instrucciones en voz alta para que todo terminara de una vez. Yo siempre Yo con mi fortaleza de bombas de jabón.

Nada, al otro día, me fui de viaje a una isla me lleve a mamá y ni me entere.

Pasado un mes empecé a rebajar, a ver todo gris, aquella tristeza que me invadía, me deprimí, y para salir de ella, tuve que entender, luchar volver al día de tu muerte y llorar, hacer el luto pero sobre todo querer salir.

Papá regresa te necesito

Tu voz segura

Tu abrazo de fuerza

Tu poema que recitabas para mí

Papá mamá esta enferma

Tú sabes que hacer

Yo no,

Toma el mando, las riendas

Dame tus brazos de almohada para poder dormir

Quiero danzar contigo sólo tú en las nubes me hacías sentir

Papá me fallaste, yo cumplí, éxito tienes te lo regalo

Pero yo a punto de sucumbir

Prometiste cuidarme y créeme

No has estado allí.

Papá no me dejes seguir así

Papá dime qué hacer

Donde te has metido

PAPA PERDONAME PARA YO PERDONATE A TI.