Ya es viernes, hace una semana exactamente, que fui a su encuentro
Pongo distancia para tratar de entender, ¿qué fue su verbo o su cuerpo?
Y es que empiezo a dudar de que el que dice ser es.
Le debo su peculiar interés en mí verbo lo que me motivo a escribir
Pero también le debo el destierro de lo que me motiva a hacerlo
Lo sigo pero en cada comentario veo el reflejo de mi propia experiencia
Imagino que el camino es el mismo con sus variantes de acuerdo a la respuesta
Presiento un ego protagónico con un don de expresión que seduce, induce y sugiere
Atrapada en el fuego de sus palabras, en el sentir de su piel que a través de la sedosa, fina pero
fría pantalla de la portátil, me hizo estremecer, un mago de la fantasía, un viento salvaje
que como todo viento aún salvaje pierde fuerza , al calor disminuir .
Aquí estoy esperando aún la palabra de cortesía que no llega, observándome desterrada
de su espacio, la ausencia de presencia tangencial, y el sugerente ya no me interesas, razones de orden
practico pareciera que así se lo aconseja.
Confieso el sopor, la tristeza que se me da la gana sentir y el interrogante que surge de mí
¿he de seguir siguiéndolo?
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